jueves, 19 de abril de 2012

EL HUMOR DE MIHURA


Mihura usaba tres estrategias distintas de humor: El de situación, El de caracteres y El verbal.
Naturalmente, los distintos tipos se hallan estrechamente relacionados.
Mihura se vale del humor para arremeter contra los tópicos y los estereotipos de la sociedad burguesa.

EL HUMOR DE SITUACIÓN
Muchas de las situaciones cómicas están emparentadas con el cine mudo, con juegos circenses o bien surgen a partir de la relación con un animal u objeto (la bota, el teléfono, el cornetín, la carraca,
Los sombreros de copa,  la liga, la pulga, los conejos…).
• Irrupción de personajes en la escena, en momentos impensados.
• Situaciones embarazosas:
-          Personajes que se esconden en un armario o debajo de la cama.
-          Don Sacramento se presenta sin avisar en la habitación de Dionisio.
• Presencia injustificada de animales:
-          Conversación telefónica de Dionisio, mientras una pulga le atormenta.
-          Los conejos del Cazador astuto
• Utilización inadecuada de los objetos:
-          Dionisio ausculta a Paula con el auricular del teléfono. Dionisio mira a
-          través del auricular, para “ver” quién llama.
-          Don Rosario toca el cornetín para que Dionisio se duerma.
• Reiteración de motivos, escenas simétricas (la bota, las lucecitas, los conejos).
-          Situaciones cómicas

El humor de caracteres
La comicidad de los personajes se deriva de su apariencia grotesca, de su indumentaria o bien de sus acciones y todo ello es inseparable de las situaciones que protagonizan.
• Madame Olga, la mujer barbuda
• Dionisio en pijama y sombrero de copa
• Don Rosario y sus cursilerías (mostrar las lucecitas del puerto, repartir confetti…)
• El Astuto cazador y sus conejos
• El Odioso señor  y sus regalos (la entrega y la retirada)
• Don Sacramento y su decisión de regalar los conejos muertos para sus sobrinos.
• La carraca en manos de Don Dionisio y Don Sacramento
• Se ha señalado el infantilismo de algunos personajes (Dioniosio, Don Rosario). El contraste entre su condición de “adultos” y su actitud infantil es una fuente de comicidad.

El humor verbal
La comicidad en los diálogos lleva la marca del vanguardismo de preguerra, marcado por la tendencia a lo irracional, a lo absurdo. Las conversaciones se llenan de ocurrentes y disparatados juegos de palabras.
• Enunciados que rompen la lógica de la experiencia:
-          “Primero quitó las moscas de la cocina y se las llevó al comedor…”
-          “¡Los centenarios no se mueren nunca! ¡Entonces no tendrían ningún mérito, caballero!”
-          “Dionisio dice “Nos iremos a Londres”. Paula le pregunta: “¿Tú sabes inglés?”. Dionisio le
replica: “No. Pero nos iremos a un pueblo de Londres.”
• Enunciados incongruentes o inaceptables semánticamente:
-          “Sí, me caso, pero poco…”
-          Fanny le dice a Dionisio que tiene “unos ojos muy bonitos” y éste pregunta: “¿En
dónde?
• Expresiones cursis para ridiculizar tópicos o costumbres noñas:
-          Los vocativos que Don Rosario dirige a Dionisio (“rosa de pitiminí, carita de madreselva…”)
• Empleo de la hipérbole y la caricatura:
-          “¡Los camareros tirarán migas de pan! ¡Y el cocinero tirará en su honor gallinas enteras
por el aire!”


Lo cómico y lo trágico
La comicidad también cumple la función de refrenar situaciones en las que destila lo lírico. Lo cómico sirve para aliviar la tensión sentimental.
Paula expresa sus sueños: ir juntos a la playa, jugar en la arena… El lirismo de sus palabras pierde intensidad por la actitud de Dionisio que está jugueteando con la carraca.
• Al comienzo del Acto II, Dionisio se da cuenta de que quiere a Paula. Esta evidencia queda mitigada por la presencia en escena de muchos personajes.
Paula ayuda a vestirse a Dionisio para la boda.
-          Dionisio.- ¡Paula! ¡Yo no me quiero casar! […] ¡Yo te quiero con locura!
-          Paula.- (Poniéndole el pasador del cuello.) Pero ¿estás llorando ahora…?
-          Dionisio.- Es que me estás cogiendo un pellizco…

El humor según Mihura
"El humor es un capricho, un lujo, una pluma de perdiz que se pone uno en el sombrero; un modo de pasar el tiempo. El humor verdadero no se propone enseñar o corregir, porque no es ésta su
misión. Lo único que pretende el humor es que, por un instante, nos salgamos de nosotros mismos, nos marchemos de puntillas a unos veinte metros y demos una vuelta a nuestro alrededor
contemplándonos por un lado y por otro, por detrás y por delante, como ante tres espejos de una sastrería y descubramos nuevos rasgos y perfiles que no nos conocíamos. El humor es verle la
trampa a todo, darse cuenta de por dónde cojean las cosas; comprender que todo tiene un revés, que todas las cosas pueden ser de otra manera, sin querer por ello que dejen de ser tal como
son, porque esto es pecado y pedantería. El humorismo es lo más limpio de intenciones, el juego más inofensivo, lo mejor para pasar las tardes. Es como un sueño inverosímil que al fin se ve realizado."
M. Mihura

martes, 17 de abril de 2012

Tres Sombreros de Copa

Tres Sombreros de Copa, fue escrita por Miguel Mihura en 1932, publicada en 1947, y finalmente estrenada en 1952. Mihura define su obra como "Lo inversosímil, lo desorbitado, lo incongruente, lo absurdo, lo arbitrario, la guerra al lugar común y al tópico, el inconformismo, estaban presentes en mi primera obra”.


Esta obra la relacionamos con la vida de Miguel Mihura, ya que en un viaje con una compañía cómica, Mihura se enamoró de una bailarina. Mihura rompe una relación amorosa con una novia, tras permanecer largo tiempo convaleciente.


La obra de teatro, está dividida en tres actos distintos.


Primer acto:La historia comienza en un la habitación de un hotel. La puerta de la habitación se abre y aparecen Dionisio y Don Rosario, tras una ridícula conversación, en la que hablan desde las luces que se ven del balcón de la habitación hasta la futura boda de Dionisio don Rosario se despide dándole las buenas noches a Dionisio, pero antes de irse don Rosario, Dionisio telefonea a su novia. Al quedarse solo, se entretiene jugando con los sombreros de copa que tiene para su boda de mañana. En medio del juego, entra Paula, gritando a Buby, que era además de su novio, su jefe, que estaba fuera de la habitación. Cuando por fin dejan de discutir, Paula inicia un interrogatorio sobre la vida de Dionisio, pero este le miente en todo, pues le dice que el es un malabarista que debutara con ellos al día siguiente en el Music Hall. Después del susodicho cuestionario, entra Buby. Con él se sostiene una ridícula conversación entre los tres. Durante toda la conversación esta sonando el teléfono, pero Dionisio no contesta porque sabe que es su novia y no quiere que los demás se enteren. Les interrumpen las demás chicas del Music Hall invitándoles a una fiesta en la habitación de al lado.


Segundo acto:
Están todos bailando y bebiendo en la fiesta. Cuando Dionisio decide irse por causa del aburrimiento. Paula intenta retenerle, pero Buby va detrás de Paula intentando detenerla, pues quiere conseguir dinero a costa de que sus bailarinas se acuesten con los caballeros de la fiesta y Paula era la única que estaba con Dionisio por interés mutuo, pues entre los dos había algo muy bonito. Finalmente, Buby convenció a Paula para que pasara el resto de la fiesta con el Odioso Señor, pero este hombre intento sobrepasarse, cosa que Paula no dejó. Cuando echó al Odioso Señor de su habitación, entró Dionisio, y continuó Paula con el interrogatorio que anteriormente había dejado a medias, pero Dionisio seguía mintiéndole, aún así, consiguió enamorar a Paula y cuando se estaban dando un fuerte beso, volvió a interrumpirles Buby, pero esta vez, golpeo a Paula en la cabeza y la dejo inconsciente tirada en le suelo. Dionisio recoge a Paula del suelo en el mismo instante en el que vuelve a sonar el teléfono, esta vez, si contesta porque se encuentra solo y nadie se puede enterar de que tiene novia. En la conversación telefónica, Margarita, su novia, le dice que su padre se dirige hacia allí, y allí aparece.


Tercer acto:
Tiene lugar otra estúpida conversación, esta vez entre don Sacramento y Dionisio. Don Sacramento tachaba a Dionisio de bohemio, y le advertía que si no se convertía en una persona honorable, no le dejaría vivir en su casa con Margarita. Al marcharse don Sacramento, sale Paula de su escondrijo, ya consciente y con conocimiento de la vida de Dionisio. Este se disculpo, diciendo que antes no la conocía y que ahora no se quiere casar con Margarita, sino con ella, pero ahora ya es tarde para retirarse, y se tiene que casar con Margarita. Paula lo acepta y le confiesa que esa es la razón por la que odia a las novias de sus amigos. Pero les vuelven a interrumpir, Don Rosario, pero antes de que entre, Paula se esconde detrás del biombo para que no se le vea. Cuando le avisan de que su coche ha llegado, tiene que irse y solo se puede despedir de Paula con la mano.




Los personajes principales de la obra son tres, principalmente:


Dionisio: Dionisio se presenta en la obra como un funcionario cursi, tímido, sin voluntad, aferrado a los convencionalismos sociales. Sólo aspira a un matrimonio también convencional. Nada más entrar Paula en su habitación Dionisio evoluciona vertiginosamente hasta encontrar dentro de sí mismo, no sin dejar de sentir miedo, un verdadero bohemio: “¡Yo nunca he sido tan feliz!”, “unas horas solamente todo me lo han cambiado” Quiere romper con la vida que le estaba destinada pero no tiene fuerzas para ello y cae en la desilusión de aceptar que ha sido vencido por la ignorancia de tantos años, víctima de una educación burguesa y timorata. Así, la evolución de Dionisio es circular, ya que vuelve a adoptar la misma actitud con la que comienza la obra al aceptar acudir a su boda con la hija de Don Sacramento.


Paula: (verdadera protagonista) Maravillosa muchacha rubia, de 18 años (aproximadamente, porque nunca dice su edad exacta, es mas, ni ella misma sabe su propia edad). Se presenta a Dionisio como bailarina del ballet de Buby Barton.
Es una chica sencilla, alegre y sincera. Tiene que aguantar su brutalidad y aceptar relaciones con odiosos señores. Aparentemente ingenua trata de transformar su mundo con su fantasía e imaginación para escapar de Buby y de lo que éste representa de servidumbre y vejación. Pero ella sabe que esto no es posible y acepta dejar las cosas igual que al principio. De Paula ha dicho el autor que ella únicamente se salva de todo lo ridículo, de todo lo imbécil que le rodea. Paula simboliza la libertad, los sueños, la poesía... Es la antítesis de Margarita y de todas las virtuosas señoritas que ésta representa.
Al final, tras la aparición de Don Sacramento, Paula se da cuenta de que Dionisio se va a casar. Entre ellos hay un diálogo en el que Dionisio expresa a Paula su deseo de no casarse, ya que ha descubierto que hay mujeres que “al hablar no les palpita el corazón, pero les palpitan los labios en un constante sonreír...” Pero esta escena culmina con la aceptación de ambos de que sus caminos son opuestos; no pueden cambiar sus destinos.
Paula, llena de ternura, ayuda a Dionisio a vestirse de novio, y le va hablando dulcemente para que Dionisio lleve a cabo sin remordimiento la decisión que ha tomado desde el principio: casarse con Margarita.


Buby: es el que dirige el ballet, Music Hall, representa un puente entre los dos mundos expuestos en la obra. Por una parte, es un tópico del mundo del teatro y la opereta, del mundo del bohemio. Pero por otra parte también tiene características del mundo convencional y burgués: la importancia que le da al dinero, como explota a las chicas de su ballet y otros...



Construcción teatral: las tres unidades clásicas
ACCIÓN --> El amor entre DIONISIO Y PAULA (dos mundos opuestos)


ESPACIO --> Habitación de un hotel (“en Europa, en una capital de provincia de segundo orden”.)
       - Dos puertas (acceso a dos mundos):
-                      -   La habitación contigua = Libertad, diversión. Aparecen Paula y los participantes de la                                        .          fiesta.
-       El Foro = Realidad. Aparecen Don Rosario y Don Sacramento.

TIEMPO -->UNA NOCHE. 9 horas. Desde las 22.30 hasta las 7.30.



domingo, 15 de abril de 2012

MIGUEL MIHURA (1905-1977)

Miguel Mihura Santos nació en Madrid (España) el 21 de julio del año 1905. Era hijo del empresario y actor teatral Miguel Mihura Álvarez.

Después de terminar sus estudios secundarios en el colegio de San Isidoro, abandonó su instrucción académica para dedicarse al dibujo humorístico en diversas publicaciones, como “Muchas Gracias”, “Buen Humor” y “Gutiérrez".
En esta etapa compartió viñetas y artículos con autores (todos ellos influenciados por Ramón Gómez de la Serna) como Antonio Lara “Tono”, Edgar Neville o Enrique Jardiel Poncela.
 
Su humor absurdo se manifiesta en su primera obra teatral, “Tres sombreros de copa” (1932), un texto que revoluciona el teatro español. Tanta es su audacia que no consigue estrenarla hasta los años 50.

A mediados de los años 30, Mihura comenzó a trabajar en el cine como guionista y dialoguista, debutando con el cortometraje “Una de fieras” (1934).
Su labor más recordada en la industria cinematográfica fue la escritura de los diálogos en “Bienvenido Mr. Marshall” (1953) de Luis G. Berlanga. También colaboró asiduamente con su hermano Jerónimo.

En los años 30 y hasta 1939 dirigió la revista “La Ametralladora”. Unos años después, en 1941, creó y también dirigió la mítica “La Codorniz”, en la que también escriben sus amigos Neville y Tono.
Junto a Joaquín Calvo Sotelo redactó la obra teatral “¡Viva lo imposible!” (1939), con Tono estrenó “Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario” (1943), y al lado de Álvaro de la Iglesia escribió “El caso de la mujer asesinadita” (1946).

En 1952 por fin se estrena “Tres sombreros de copa”, obra protagonizada en su primera versión por Juanjo Menéndez, Gloria Delgado y Agustín González que conseguiría ser galardonada con el Premio Nacional de Teatro.

Posteriormente Mihura publicó “El caso de la señora estupenda” (1953), “Una mujer cualquiera” (1953), “A media luz los tres” (1953), “El caso del señor vestido de violeta” (1954), “Sublime decisión” (1955), “La canasta” (19559, “Mi adorado Juan” (1956), “Carlota” (1957), “Melocotón en almíbar” (1958), “Maribel y la extraña familia” (1959), obra por la que vuelve a lograr el Premio Nacional de Teatro, “El chalet de madame Renard” (1961), “Las entretenidas” (1962), “La bella Dorotea” (1963), “Milagro en casa de los López” (1964), “Ninette y un señor de Murcia” (1964), que ganó el premio Calderón de la Barca, “Ninette, Modas de París” (1966), “La decente” (1967) y “Sólo el amor y la luna traen fortuna” (1968).
Tras esta obra Miguel Mihura abandonó el mundo de la literatura. Cuatro años después recibiría el premio Cortina de la Real Academia Española. En 1976 fue nombrado académico.

Falleció el 28 de octubre de 1977. Tenía 72 años y su cuerpo fue trasladado para su entierro a San Sebastián, ciudad en la cual residió durante la Guerra Civil.

 


Cartas de Miguel Mihura