martes, 13 de diciembre de 2011

El Árbol de la Ciencia


El árbol de la ciencia (1911), es una obra que plantea muchas de las inquietudes científicas y filosóficas de esos años con el contrapunto de las opiniones e ideas de dos de sus personajes: Andrés y su tío el Iturrioz. Este último es la contrafigura de Justo Goñi, tío real del novelista. Así, si para conocer el mundo pobre de Madrid hay que recurrir para presenciar las ideas científicas y filosóficas a El Árbol de la ciencia, para ver también los ambientes y la gente de Madrid.

Decíamos que existía un contrapunto entre dos personajes clave de El Árbol de la ciencia, éstos son el protagonista y su tío el doctor Iturrioz, hombre de generación anterior, más realista que Ándres y del que se sirve Baroja para montar todas las discusiones científicas, filosóficas y políticas del momento. Andrés discute con Iturrioz de todos estos temas y con él plantea todas las incógnitas que atormentan al joven estudiante; también hablan de la situación política y, naturalmente, de la Guerra de Cuba (1898), trasluciéndose en el diálogo que mantienen ambos las distintas posturas y opiniones que corrían en ese momento sobre aquel desgraciado suceso.

Para aclarar y profundizar en su novela El Árbol de la ciencia conviene señalar que es casi una autobiografia de la juventud de su autor; aunque está escrita en 1911, la acción y su desarrollo se sitúan en los mismosaños en que Baroja fue estudiante de medicina y médico rural, o sea, desde 1887 hasta 1896, que vuelve a Madrid. Son estos años los que Baroja reconstruye unos veinte años después de haberlos vivido y estructura la novela siguiendo los mismos periodos que tuvo su vida. Uno, el primero, que corresponde a su vida de estudiante en el instituto y después en la facultad de medicina; un segundo se identifica con su viaje a valencia y Burjasot, con la muerte de su hermano mayor, Darío (1894); un tercero, que es el de su etapa como médico rural, y un cuarto con su vuelta a Madrid.
Todas las lecturas que se traslucen en la novela, todas las discusiones científicas, con su tío Justo que luego se plasman en los diálogos con Iturrioz, están en Don Pío madurando y viviendo internamente. El que su tesis doctoral verse sobre "El dolor", es ya un síntoma de muchas cosas que luego se dejan traslucir en la configuración del personaje de la novela, Andrés Hurtado. Esa preocupación por el dolor, por algo que está fuera unos límites concretos de la medicina, que se extiende a la psicología, que va desde la neurología a la filosofía y que puede llegar hasta lo moral, es un síntoma peligroso para un estudiante que ha de ser médico rural.
En esta novela, nos encontramos con el protagonista, Andrés Hurtado, un ser suprasensible atormentado por su afán de llegar a la verdad científica y marcha en peligroso equilibrio psicológico tropezando con ambientes hipócritas o gentes cerriles, hasta que aparece la mujer de su vida. Es una novela en la cual se encuentra un joven con los problemas eternos, el amor, la religión y la ciencia, tres palabras capace de hacer morir o de prolongar la existencia.

Una de la inquietudes que aparecen en la novela es su preocupación por la higiene, muchas veces como sistema preventivo y otras como terapia. Se ve que esta idea le obsesiona en su juventud y la expone en dos momentos importantes de la novela, uno cuando va Andrés con su hermano menor Luisito al pueblo valenciano, en el que hace al chico llevar una vida al aire libre y al sol y después cuando el propio protagonista va de médico a Alcolea, en donde para luchar contra la sensualidad y por miedo a las consecuencias de su castidad obligada se somete a una dieta alimenticia parca y manda que le preparen una tinaja para poderse bañar todos los días, Baroja tiene una idea clara de la higiene, producto naturalmente de su preparación como médico.
Andrés Hurtado en este sentido extrema esta posición y mantiene un constante rechazo de todo lo que es burdo, injusto y poco delicado; así, la compasión y repugnancia que siente cuando ve la vida de las pupilas de los prostíbulos, o la zafiedades del sainetero en casa de Villasús o la relación del mismo Aracil con respecto Lilí. Y esa actitud le va llevando lentamente al terreno peligroso de no aceptar nada de lo que le parece injusto o indigno, lo que poco a poco le arrastra hasta el filo de la navaja.

Finalmente, El Árbol de la ciencia acaba con la muerte de Andrés Hurtado, muere la ilusión de vivir de un joven, agobiado por la inquietud científica y la busca de la verdad filosófica. Este es un rasgo característico de Baroja, ya que él sólo concedía la muerte como un don cuando morían sus ilusiones, porque en ese momento el personaje completaba su ciclo de acción y pensamiento.

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