lunes, 26 de septiembre de 2011

Literatura del siglo XIX

Hoy, día 23 de septiembre de 2011, la profesora de castellano ha entrado por la puerta y nos ha introducido la clase del día de hoy. Nos ha contado los precedentes de compromiso que se han ido gestando durante el siglo XIX en la línea de denuncia y compromiso con la situación del país, la cual cosa, va a tener implicación con el Grupo del 98.


Ha empezado explicando las diferentes tendencias literarias del siglo XIX por orden cronológico. Ha empezado explicándonos la corriente literaria del Romanticismo, la cual, tuvo un desarrollo tardío en España, ya que no la podemos llevar a cabo hasta que Fernando VII muere en 1833. Mientras que en el resto de Europa se había desarrollado tiempo atrás, y en 1833 ya estaba dando paso a otra corriente literaria llamada, el realismo.

El romanticismo español se dividía en dos bandos, el bando conservador que escribía sobre cuestiones religiosas pero “fantásticas”, como ahora, cementerios, tumbas… Tenían una mirada paternalista sobre los problemas sociales de la época. En segundo lugar, el bando liberal o progresista, quienes escribían también sobre cuestiones religiosas, pero a la vez escribían también sobre problemas sociales, y tenían una vida muy activa dentro de la política. Como por ejemplo, Mariano José Larra periodista y escritor que tiene un papel fundamental, ya que a través del periódico  “El Europeo”, publica artículos sobre el romanticismo y también artículos políticos denunciando problemas sociales.

José de Espronceda
Espronceda también fue un elemento desarrollador fundamental para el romanticismo español. Fue un poeta y escritor español, que por culpa de su implicación política tiene que exiliarse durante el reinado de Fernando VII a Lisboa a los dieciocho años. Allí, conoce a Teresa Mancha, que fue la fuente inspiradora de muchos de sus poemas y novelas. Más tarde, concretamente, tras la muerte Fernando VII se casarían y volverían al país español. Espronceda publicaba también y mayoritariamente artículos de costumbres, donde denunciaba situaciones que debían ser cambiadas. Finalmente, murió a los treinta y cuatro años de difteria.


Finalmente, justo antes de que la profesora diera por terminada la clase, nos ha dicho que la clase siguiente hablaríamos e introduciríamos el Grupo del 98. 

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